Albarracín casas rurales
AL TARA HEIGHTS LUMBIA, CAGAYÁN DE ORO
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El Zaguán, situado en Albarracín, en la región de Aragón, ofrece terraza y vistas a la ciudad. La casa dispone de 1 dormitorio, cocina con nevera y lavavajillas, cafetera, toallas y ropa de cama. La casa dispone de toallas, ropa de cama y bañera de hidromasaje.
La Casa de Santiago es una mansión restaurada que perteneció a la Iglesia de Santiago, situada justo enfrente del establecimiento. El restaurante sirve cocina tradicional. Para el desayuno, se ofrecen platos cocinados con productos naturales y repostería local.
La Casa Barrena se encuentra en Albarracín. La casa consta de 2 dormitorios, sala de estar, cocina totalmente equipada con nevera y cafetera y 1 baño con ducha y secador de pelo. La casa dispone de toallas y ropa de cama.
La casa de campo cuenta con 4 dormitorios, TV de pantalla plana y cocina totalmente equipada con nevera, horno, lavadora, lavavajillas y microondas. La casa rural proporciona toallas y ropa de cama.
Top 5 Mejores Hoteles De 4 Estrellas En Los Caños de Meca
MapaBungalow Sierra de Albarracín TOP CLASSLujo en la montañaEl modelo Sierra de Albarracín Top Class, con una superficie de 51 metros cuadrados, es el bungalow más grande que tenemos. Sus tres dormitorios, el gran comedor y su enorme cocina harán las delicias de quienes nos visiten. Siente el confort de nuestra estufa de pellets y la calidez de la leña de pino. Además, cuenta con una televisión SmartTv de 43", radiadores de diseño, toda la última tecnología. CONEXIÓN A INTERNET DE ALTA CALIDAD GARANTIZADA, conéctate al mundo desde este increíble bungalow. Otro nivel, máximo nivel.
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De pie en el aparcamiento de Albarracín, mirando hacia arriba, preguntándose cómo los balcones de madera por encima de usted no han sucumbido a la fuerza de la gravedad después de trescientos años, se le ofrecen tres opciones; empinada - una pendiente que se eleva y proporciona acceso a los residentes y sus coches, pero el camino largo; muy empinada: una pendiente escalonada, un tercio más larga que la inferior, pero que sin duda hace que uno se hinche; y "no estoy seguro de poder subirla": una serie de escalones que requieren levantar mucho las rodillas, pero que te llevan al centro de la ciudad con bastante rapidez.
El calor del día no había llegado y me había tomado mi inyección de refuerzo en la cafetería del aparcamiento, así que tomé la ruta del Himalaya, sin ayuda ni de una barandilla que me subiera por los escalones casi verticales ni del sherpa Tenzing para ayudarme con la mochila. Desde abajo, todo parece fácilmente identificable, de modo que uno puede moverse entre el castillo, la catedral y las pintorescas callejuelas con facilidad, pero en el momento en que uno se adentra en los sombríos barrancos de piedra roja, cuyas paredes y ventanas parecen curvarse hacia dentro por encima de la cabeza, con sus aleros casi tocándose, se pierde la idea de la planificación urbana tal y como uno la conoce y hay que guiarse por el instinto -generalmente equivocado- o entregarse a la casualidad. Esta última suele ser la mejor opción, dado que la ciudad es tan pequeña que, si uno se pierde, sólo tiene que seguir bajando y acabará volviendo al aparcamiento.
